lunes, 5 de marzo de 2012

El Porvenir del Ovillo

Restarle a todo su importancia es una manera de sumarle a todo ( a cada cosa) su singularidad. Quitar para redistribuir, me explico? Arrancarle a algunos momentos su falso privilegio, sus prerrogativas de ser el Núcleo de Algo, el Objetivo, la Boya, el Centro o Corazón de la gadorcha. If you pardon my french. Es que sí, en un punto todo es equivalente. Desde cierta mirada, más que EN un punto. Y claro, comprendo, TODO es mirada, no existe una suerte de planeo por sobre la entera superficie del Ser, de lo que es o deviene, planeo que permitiría la sagrada y ascética distancia que juzga todo en nombre de... la Divina Limpieza, la Higiene Impersonal, la Suprema Desafección. No.

...Y no obstante... qué sano resulta a veces el ejercicio del ( odio la palabra, o bien su uso trivial) DESAPEGO. Esos momentos en que percibimos que no hay diferencia entre un escarabajo y una sinfonía. Entre la Segunda Guerra Mundial y la manera en que ( ponele) sonreís tímidamente cuando me servís un té. Y por supuesto que entiendo que... en fin, que también igualar todos los acontecimientos puede ser peligroso en tanto que favorezca una suerte de blanda indiferencia, una tendencia a la reclusión o el abandono, un desfallecer en la indolencia para dejar que los oportunistas y los sedientos de poder ( sean personas o perversas maquinarias sociales de organización del deseo) se hagan cargo de llevar nuestro Carrito hasta la Caja Terminal ( en la que se paga TODO). Por eso el Budismo mal entendido puede ser un discreto cómplice del capitalismo...

Sé que, o intuyo que, alguien entiende a dónde voy. La alegría es movediza. Rechaza las grandes conclusiones y se zambulle en un presente que se manifiesta a sí mismo solo en la medida en que se desenvuelve. No hay manera de anticipar el porvenir del Ovillo.









1 comentario:

  1. Pienso a partir de tu texto. Pienso en el marketing. Esa disciplina que trabaja el arte de crear una necesidad. De inflar algo hasta volverlo "el Núcleo de Algo, el Objetivo, la Boya, el Centro o Corazón de la gadorcha". Varios mecanismos operaron históricamente para generar esos núcleos. Pienso en dos: la religión (medieval-fuedal) y el márketing (moderno-postmoderno-capitalista). Creo que cuando uno se vacía, desde una propuesta, digamos, zen, puede ver el "verdadero relieve" de las cosas. Puede ver que detrás del packaging, los colores, la bolsa inflada... las Lays no son algo tan grandioso. Puede ver que el antiguo testamento es inverosímil. Sin embargo... Me resulta, como a vos, muy ACRÍTICA la idea de que todo es equivalente. Prefiero una de tus primeras frases: Darle a cada cosa su singularidad. Y ahí sí: una piedra es una piedra y un zapallo un zapallo, y la Segunda Guerra es la Segunda Guerra, con sus texturas, sus olores, etc. Lo son, por más que nos resulten inabarcables. Y no son equivalentes. Un zapallo es en sí mismo, y no equivale a la Segunda Guerra. No es sagrado. No es "necesario" al mercado. Es en sí. Un zapallo. Una papa frita es una papa frita.
    No sé. ¿Qué opinás? Meinteresa el tema.

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