martes, 28 de febrero de 2012

...ensayar una palabra...



Ensayar una palabra

Hasta que estalle

Recibir las esquirlas

Como un bautismo, una caricia


Resquebrajar la palabra

Su corteza caliente

Permitir así que aflore

Su magma rabioso, radiante

Su escandalo de fuego


Exprimir esa palabra

Retorcerla a ella, su música

Hacerle chorrear sus pigmentos

Llorar sus ríos subterráneos


Silenciar la palabra

Aniquilarla, sumida en sí misma

Colapsar su arquitectura añeja

Minar sus bases

Y hacerle tragar su sonido


Hacer bailar a las putas palabras

En una bacanal desierta

De sentidos suculentos, Amazónicos

Obscenamente mezclarlas

Preñarlas, embriagarlas

Putitas palabras

Reventadas, alocadas

Haciendo el trencito pavote

De las Oraciones, los sintagmas

Hacerles hacer la ronda

Una oración circular

Que vuelve al principio

Circular que vuelve al principio Circular…




Muerte y Tiempo


I


¿ Tendré tiempo, en este minuto que transcurre, de decir algo que altere los minutos que le sigan?

¿ podré, a fuerza de exprimir pensamientos, de comprimir emociones, destilar un jugo valioso, un trago potente que me haga sentir que el Tiempo no transcurre solo hacia los finales?

¿ que se enrosca, se espirala, se sacude, se espesa y se evapora? ¿ que se colapsa en sí mismo, se ensimisma, y que, sabiéndose falto de sustancia, añora con locura volverse Espacio?

¿ Podré, a fuerza de agotar preguntas, cercar y reducir mi necesidad de respuestas hasta darle el volumen etéreo de un suspiro?

La muerte es un tiempo que se toma la vida para pensar qué va a decir, o para olvidarse de lo que dijo

La muerte es un momento de silencio entre un poema y otro.



II


La muerte, frontera creativa

La muerte, sombra bailante

Siguiendo mis luces, mis fuegos

La muerte, lo blanco de la hoja


Una alegría, muerte, que existas

Sobre todo porque existis

Y no hay remedio

Alegría entonces, por vos

Por nosotros

Por todo lo que pasa en el medio

Entre nosotros y vos


Ante la muerte

Dos caminos se abren claros

La repetición o la creación

La adicción o la danza

La acumulación o el Despliegue


Fijarse, entonces… no?


lunes, 27 de febrero de 2012

novedades

Ayer actué. Y mi idea es volver a hacerlo. Ahora escribo y lo mismo me pasa. Cada vez no agota nada, apenas si enseña. Es decir, momento, enseña MUCHO. Enseña sobre ese momento en que la cosa se hace. Enseña sobre la necesidad de hacerlo. Sobre la posibilidad de la presencia. Sobre el deseo de repetir ( para no repetir, para volver a estar, lo cual es sinónimo de olvidarlo todo y descubrir una vez más lo nuevo: parece un contrasentido y quizá lo sea, pero, al decir de Proust, en los libros bellos todos los contrasentidos son bellos, y están plagados de contrasentidos, cual si se tratara de una extraña lengua extranjera). Y las experiencias en apariencia disímiles tienen mucho en común. Actuar, escribir, tocar música.

Es frecuente que uno crea experimentar revelaciones. Es frecuente desengañarse y toda la maroma. Es frecuente que uno, al colapsar un proyecto amoroso, diga cosas como: "entonces era todo mentira". Digo ahora que es una tontería. Digo que las cosas hay que afirmarlas cuando ocurren. Quererlas y abrazarlas en el momento que ocurren. Y como lo que ocurre está transformándose todo el tiempo, procurar nada más estar perceptivo, atento, y... Dios, lo permita, tranquilo.

Volviendo al tema revelaciones: es raro, pero me parece percibir... como decirlo? un enlace poderoso entre la... (busco palabras)... Alteridad Radical y la sabiduría Ancestral. Quiero decir: postular un vacío, la posiblidad inmensa y siempre presente de CREAR algo que no estaba, de alumbrar una cosa completamente nueva, de experimentar la contundencia de lo que no es repetición de nada... y a la vez, qué me decís de las Coplas? de los antiguos recitados? de los cuentos contados por abuelas y abuelos ( en tanto arquetipos)? qué me decis de ese vastísimo Corpus Humano que el viento de la historia viene arrastrando como una polvareda cósmica?
A eso le llamo Sabiduría Ancestral. A lo que cada uno además tiene de ancestral en su propia vida: su barrio, los detalles de su primera casa, y tanto más...

Soy de San Andrés. Es lindo barrio. Mi madre vive aún allí. Mi casa, la casa donde crecí y viví desde mi nacimiento hasta los veintitantos, sigue en pie y habitada ( por mi madre y mi abuela). Cada tanto voy para allá, y hay algo que, sin resultar asfixiante, me constituye y que reconozco como propio, sin chauvinismo conurbánico ( mal frecuente aunque comprensible). Cuando me encuentro con gente de San Andrés o San Martín, ALGO HAY. Algo peculiar. No me atrevo a hacer grandes teorías, porque puede que sea solo un campo de sensaciones, pero... es fuerza. Lazos. Y, como todo sistema de cuerdas, narran potencia, que puede sujetar y detener, o mover el mundo. Me quedo con la última, claramente. Es gracioso cuando se plantean esas dicotomías donde es OBVIO que una es la mala y la otra la buena. En fin. Nada más por ahora. Gracias, y hasta pronto.

domingo, 26 de febrero de 2012

Existir y al rato no... y luego vemos

Acabo de vivir una secuencia particular con una araña. La bacha de la cocina tiene una ventana enfrente, encima. Ella había tejido una tela entre la canilla y uno de los bordes de la ventana. Hace unos días que la observo, en momentos de trabajo o de espera ( de ella). Por algún extraño motivo nadie la saca de ahí. Creo que pensamos, varios, que cumple una función: muchos mosquitos o critaturas similares se congregan en ese área. Podríamos, de haber tenido la voluntad, haberla bautizado Guardiana de la Bacha, pero nadie lo hizo.

Hoy me acerqué a su área y la vi girando a gran velocidad, tejiendo, supuse, pero dado que la velocidad era tan grande se me dificultaba incluso reconocerla: pensé que quizá se tratara de un mosquito atrapado en la red, en la Net, en la web, intentando por todos los medios escapar. Teniendo yo que ocuparme de lo mío tanto como élla de lo suyo ( en este caso lo mío era una olla con agua y grasa, sí, no es bonito pero es real), opté por salpicar con unas gotas a la criatura que giraba sobre sí misma ( no era yo). Resultado: la araña ( es lo que era) se precipitó sobre la olla, en realidad sobre el agua, sobre el torrente de agua grasienta que había yo volcado en la bacha, convertida en este momento en una suerte de Mäelstrom, un remolino que todo lo tragaba, girando y girando como la pequeña Guardiana lo hacía instantes atrás. Me detuve. Observé. Consternado. Genuinamente sorprendido y... arrepentido? Miré sus movimientos, sus intentos por escapar. Pensé: necesita oxígeno? cuánto tiempo puede estar sin "respirar"? Cómo es que respira? Se estará dando por vencida? Por qué ahora está quieta, tan quieta? Dios. Sí, pensé en él. Y en la manera en que los segundos pueden construir acantilados entre ellos. Acantilados infranqueables. Un precipicio entre ahora y... ahora. No hay vuelta atrás. La araña ahora cubierta de una fina película de agua aceitosa... es claro que es su muerte. Es claro que la maté. Sí, yo. No te hagas el perejil, el culposo. Hubo dolo y espero que te hagas cargo. El flujo circular de agua culmina su tormenta arremolinada y ahí la veo a ella, detenida en la rejilla por pedazos de zanahoria rayada y quizá lechuga. Pobre Guardiana. Doblada sobre sí misma. Irremediablemente ida, trunca, torcida. Con una cuchara la recogí de allí y la puse, acto simbólico, sobre la ventana donde solía día a día laborar su tejido, cual una Penélope que esperara a su marido para... comérselo. Quieta. La última quietud. En torno suyo, restos de telaraña. La casa inútil. El esfuerzo vano de años de araña. Decidí desarmar eso. Arrasar su hogar. Puede ser, si quieren interpretarlo así, que quisiera yo borrar todo rastro de mi crimen, para poder decir con acento falso y rima perversa: "Aquí nunca hubo araña alguna, de modo que mal podría yo haber matado una". Asi qué volví al acto de salpicamiento: dos, tres gestos de agua y... la Guardiana se yergue sobre sus patas y da unos vigorosos pasos por ahí. Ah. bueno. Ah... una más. Son todas iguales. No se puede creer. Después de haberme arrastrado por el valle de la Culpa, la muy puta camina! Vida y muerte en pocos segundos, en esta secuencia extraña en la bacha, en la Cocina.

sábado, 25 de febrero de 2012

sobre...

Imaginar siempre. Desde cero ( es una imagen). Volver a cero. Como si se pudiera, a ver si me explico, leer cientos de veces una palabra y aún así encontrar la vida en torno a ella, en torno a nosotros mismos, la vida sobrepujando la forma, valiéndose de ella, la vida. Nunca olvidar que no es tan importante. Recordarlo, tal vez, a menudo, pero sin insistencia. Saber que bueno, la cosa se mueve, las cosas se mueven. El acto portentoso de leer sin morir... leer en voz alta y pervertir lo escrito, actuar, valga la expresión, literalmente VALGA LA EXPRESION, sobrepuje ( hoy estoy con ésta) lo vivo el ataúd, lo resquebraje, cual la hiedra la madera, la piedra, imagen ya vista pero... oh! si supiérais con cuanta intensidad la habité recién al escribirla, y ahora al leerla, y más aún al imaginarla y decirla... hiedra... madera... piedra... cada vez fue para mi distinta... o no? o es otro artilugio? otra trampichuela? Mmm. Sé lo que experimento, lo sé de una manera movediza, inquieta por momentos, inmensa por otros, introspectiva, siempre adjetivos con i. Imaginar, siempre. Dimensiones que se añaden unas a otras. De esto hablo: el músico toca, pero no solo toca, mira a sus compañeros, siente el murmullo acechante del silencio, también suda. Piensa, respira, ve su calzado, se distrae. Su mano no es cualquier mano y eso hace que Bach o lo que fuera que sonare no sea solo Bach, sino Bach+esamano+losotrosmúsicos+elespacio+detallesínfimosdelospresentes+estoqueahoraescribosobreesoqueimagino....
gino+el paísysubarullo+elolordelaspartituras+loscafésbebidosenlosensayos+elmiedoalamuerteylaalegríadeestarvivoyhaciendomúsica...
... Siempre el fuego. Siempre la calma. Siempre lo nuevo. Siempre el cero. Siempre el infinito. Amén. Un sano amén, un alegre amén, un así sea sin saber qué designa el así y mucho menos atribuyéndose el saber acerca de las contornos de lo que es, o lo que deba, o lo que pueda... esta inmensa cosa que se despliega: la amo. La amaba Spinoza. La ama la gente hermosa y la otra, también la ama. Y en toda esta... perseverancia, hay amor. Uh. Amor. Palabrón. Palabrota. Sí, no puedo evitarlo: brota. Pala... ja. Risa estéril. Risa boba. Pero risa al fin. Potencia del chiste malo. Alegría de contarlo. Represión de la sociedad... está bien, es justo. Pero... me sali con la mía. Me salí de donde? de la presión, de la opresión, de la autovía... alegre, muy. Vivo, muy. Y hacia ahí vamos. Hacia una muerte plena. Hacia un canto inmenso. Donde se imagina, donde se vive. Amplio canto. Amplio. Aaammmplioo... y por supuesto, un saber del final. Un recordarlo para darle mayor poder a la risa. Para darle su inabarcable dignidad de humano. Ahí me paro digno. Me paro humano. Sin soberbia, pero digno. Con el pecho que se dilata generoso al salir a jugar el partido. O con el pecho que respira tranquilo cuando sobre él reposa el calor de un ser amado ( condensación quizá de la fuerza que en TODO ama)...




No hay ( quizá nunca hubo) tu tía-

Sobre todo tengo la necesidad de manifestar esto que adentro o afuera o en la superficie me ocurre, y cuando digo "me" soy consciente, cual lo es la oveja que se hizo famosa con ese eterno estribillo, de que soy, claro, un atravesamiento, un entrecruce de otras cosas, tantas y cada una tan poco "cosa" y tan a su vez atravesamiento, que empieza a ocurrirnos el fastidio de tener que usar un lenguaje... nada, pues, nada. Solo una explosión de alegría, no de la euforia cumpleañera, sino de esa otra sutil alegría, no tan sutil, potente, no queriendo con esto decir que lo sutil no es potente, pero ustedes me entienden... sí, ustedes, cosa imaginada por mi, cosa o sea atravesamiento, o sea escándalo de mezclas, arrastre de viejas voces y anónimos rostros, ese Ustedes que es tan yo, y tan entonces flujo, mezcolanza y olvido. Me acompaño desde siempre. Quizá es un buen resumen. Me siento acompañado. Sabemos, sí, y muy bien lo sabemos, que la compañía puede ser funesta o sublime, sofisticada o barrial, entre mil otras cosas. Tiende a serlo todo. Nada más hay, claro que no, a lo largo de toda una vida, que un murmullo permanente de sí con sigo, de mi conmigo, de vos con vos, un interminable ( aunque no) monólogo de todo con todo, un ping pong demente. Dios. Gran nombre, gran palabra, que consuela porque abarca, que abarca porque a veces aprieta, y cuando aprieta con decisión pareciera que todo va a terminar, a estallar como una pústula, diríase, la Pústula Universal. Pero no, tranqui, no, que la cosa sigue. Sigue y sigue, los topos escarban por debajo y por entremedio, multiplican las galerías de la Tierra, y la pesada máquina ( aunque construye delicados colibríes para cada uno de los cuales hay un Silvio Rodríguez), sigue su lento rumiar, su pesada marcha de plomo, su peregrinar por el fango.

Flota no obstante la piedad, en el aire, como lo dijera quizá Beckett, como lo sospechamos todos nosotros en momentos extraños de vacío, quizá tras el sexo o muy por el contrario cerca de morir. La piedad, o la emoción de compadecerse con Todo, por el sufrimiento de Todo, o por su regocijo. Compadecerse no por el regocijo, sino por saber que se termina. Y sí, viejo. Lo siento mucho, pero es así, se termina. Se ter-mi-na. Guiones éstos que, cual férrea bicisenda, marcan lo inapelable de la cosa. NO hay tu tía.








viernes, 24 de febrero de 2012

El sorbo del final...

Un relato por ejemplo. Una historia, por ejemplo. O bien un ritmo. O bien un esbozo melódico. También, claramente, podría ser un gesto. Sí, eso garpa. Eso vende. Eso... el tema del cuerpo. Vende lindo. Puras imágenes... también. Vale. Firmo. En medio de la escritura, salir a trotar. Continuar la escritura por otros medios. Todo es pluma, todo es cuerpo... el tema del cuerpo. Ideas, miles de ideas. En medio de las ideas, quizá, respirar. Respirar, entendés? volver a la nada. A lo básico-básico. Ningún ser, ninguna entidad. Nada de historia entonces, nada todavía. Ese vacío... es una manera, un enfoque, ponele que haya miles... el humor, claro! Eso es el humor. Faltó decir que soy argentino. En qué? y cómo? y hasta donde? Los límites de la patria, en mí, la Patria en mi. Mi patria, claro, como si otra cosa, como si adentro mío... tampoco retorcerse de más. Llega un punto en que lo humano se asfixia, lindo tu laberinto pero pará... pará la moto, para la obsesión, pará el precipicio, la afición al solipsismo... qué próximo está a la masturbación. En fin, maneras de conocerse, de exorcisarse, de... Muchas veces sueño con café. Muchas veces su ausencia me inspira, me sostiene, cual la zanahoria al burro. He pensado muchas veces que todo transcurre entre cafés, como si la cosa, la superficie habitable del universo fuera casi únicamente ese primer sorbo, o ese instante en que el aroma nos desvirga, nos embriaga... y luego, ya, el asqueo, o el ajetreo, el fastidio, los arrebatos, el tironeo, el correr, el subir, el bajar, el trazar diagonales, el hacer llamados, el arrojar flechas, el esperar tretas, el sospechar amenazas, el sembrar inquinas, el seducir y el ser seducido, hasta que... una nueva boya, un momento-café. Así quizá en la Edad Media consideraban a la vida como un... quiero decir, que entonces para ellos el Cielo era el café. Un eterno café que venía después. Tras la tribulación infame de la vida. Confieso pues que hace un tiempo me sostiene esta excusa. Hace un tiempo que tecleo y tecleo saboreando ese porvenir. Puedo sostener esta viducha ( no te tires abajo, no te tires abajo), puedo sostenerla con el sencillo acto de prometerme un encuentro con él, con ese pocillo, esa taza ( sus rasgos externos importan MUCHO). La literatura, la música, la danza, la actuación... excusas. El café, pues... otra gran excusa tal vez. Todo se desdobla y se revierte como una campera de esas... reversibles... excusas complementarias. Una vez en una libretita ruinosa escribí esto, surgido quizá de mis tantos momentos de maravilla y desconcierto ante el campo Femenino: "a veces las cosas que hacemos son excusas para conseguir mujeres. A veces las mujeres que nos proponemos conseguir, son excusas para hacer cosas". See... a veces las comillas le dan a las cosas una relevancia que no tienen.

me llamo...

Alguien me preguntó por qué tu blog se llama Aníbal Gulluni. Entiendo ( creo entender) la pregunta. Digamos: por qué no se llama "Brisa de vocablos", o "Niebla discursiva sobre fondo de esperanzas truncas", o "Amaneceres en el bondi informático", o "Tostadas con leber", o así... Mi pensamiento fue quizá básico pero me convenció: mi nombre no designa más que una primarísima identidad. Un espacio bastante vacío es el nombre propio. Una hoja bastante virgen, que podría llenarse con tantísimas cosas... y tan diversas. Es poco probable que me arrepienta de llamarme Aníbal Gulluni, porque no dice mucho más que eso: Aníbal Gulluni. Una marca que contiene sin caracterizar su contenido. Extrañamente alivia. No sé si soy bueno, si soy malo, si soy actor, literato, poeta, músico, guitarrista, flautista, huraño, sociable, homicida, transportista de caudales, ansioso, apático, belicoso, o ruin... Quién lo hubiera dicho? El nombre libera.

jueves, 23 de febrero de 2012

expansión acelerada...

Segunda entrada. Las cosas han cambiado. Quizá no tanto, quizá nadie lo note. Pero... caramba, que hay cambios que ocurren en menos de un segundo. La sensación es que las palabras abundan, cual peces. Poner entonces una red. Sacar a los pobres peces al sol, y en lugar de esperar su muerte, intentar, solo INTENTAR que puedan respirar el aire acá afuera, acá arriba, acá. Sí, la vida de las palabras sobre la superficie de las cosas no es muy prolongada... alguna vez viven? alguna vez se arma el incendio, o es apenas una chispa? preguntas vanas, preguntas bobas. Todo podría ser dicho, solo que el TODO de lo dicho no tiene relación directa con el TODO de lo ocurrente, de lo que acontece, de lo que... deviene? Bueh. Palabras, siempre. Lindas, hermosas, raras palabras. Qué va a ser. Es lo que hay. Con todo lo desolador y lo festivo que pueda ser, señores: es lo que hay. Hoy: palabras. Mañana: palabras. Pasado: palabras. Siempre tras lo que ya fue... siempre quizá también anhelando que alguna vez sea de otro modo... y así de alguna manera el milagro se da: la palabra crea su propio reino, autónomo, sin necesidad de pagarle un humillante tributo a eso de ahí afuera, a eso que ahí afuera late, se contorsiona, gime, cruje... en fin, PA-La-Bras... saludos.

Big Bang?

Tras una visita al Tigre me convencieron de armar un BLOG. Cierto, me resistí. Podría desarrollar los argumentos a favor y en contra, pero... sería ligeramente tedioso, una vez que las cosas están en movimiento. Sí, también, por supuesto, puede ser fascinante remontarse al Origen de ese flujo de acontecimientos, remontarse a la fuente, pero... vamos, que la fuente no dice DEMASIADO de lo que ocurre abajo con el torrente, no dice nada de las anfractuosidades del terreno, de los meandros, las sinuosidades impensadas y los bosquecillos y demás accidentes por venir... ni hablar del Mar. Entonces aquí celebro simplemente el suceso iniciático. Menciono la explosión. Y vamos viendo a donde van estas palabras a medida que, letra por letra, son escritas... pensadas casi junto al sonido de las teclas... una locura... sí, dijo María Ferreyra, es un soporte distinto, no tiene nada que ver, uno escribe distinto acá que en su mísero cuaderno GLORIA ( no dijo cuaderno, no dijo GLORIA), no hay por qué comparar una guitarra con un violín ( no dijo guitarra, no dijo Violín), y así siguió hablando durante horas (...). La secundaban otros: Luciana, Ariel... sí, fue un momento interesante. Oh! quien pudiera volver al pasado... shhh, ahora estamos aquí, no te contradigas, joven... Salut, pues. La botella ha sido descorchada. La hemos ( plural para no sentirme solo) roto sobre la cubierta de este barco-bote-chalupa-loquesea... a derivar, pues... abrazo ( a quién?)...